Relatos de Grand Bourg - EL RINCÓN
   
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ilustración de MolinaCampos, pintor de Moreno

"EL RINCÓN DE LOS GAUCHOS"   un cuento®  de miguel pizzio
La esquina del bar parecía una cuña metida en el paisaje, y alardeando sobre la ochava el dintel rezaba: "El Rincón de los Gauchos".  En letra más pequeña un improvisado letrista agregó así: Bar y Villares.
Todo el pueblo conocía ese lugar frente a las vías de la Parada 1º de Mayo como "El bar de Espina", por ser ese su dueño, y un palenque de quebracho colorado era  porfiado y lustroso centinela.
En este palenque ató su zaino un día el Vasco Altamiranda, gaucho de Moreno que sabía venirse para el Tambo "La Juanita" de vez en cuando.
¡Ché, gurí! —dijo el Vasco colgándose el arriador en el hombro— damelé agua al zaino y tomáte un "naranjín". Pero no le saqués el apero que me voy enseguida.
— ¿Y pa'nde va? si se puede saber...
A lo' Resler, enfrente e' la canchita. Me caso con la Rosaura y estamos de fiesta.
— ¡Ah..! ¡Con razón! Sií...  yo vi que temprano estaba Giuliano el tambero poniendo un toldo al costao e' la cancha e`bocha —dijo el muchachito mientras le sacaba al caballo unos abrojos de la cola.
¡Y..! ¡Se va'poner buena la cosa! Viene la Típica de Fronterita con Gallizzi. ¡Y después meta chamamé, bocha y taba, hasta que las velas no ardan!
— ¡Pero vea que lindo Don Altamiranda! Sií... yo lo vi al tano de la herrería, poniendo unos ganchos pa' colgar los"Radiosol". ¡Pero vea...! ¡Si estaba lleno e' damajuanas de kerosén pa' los "soldenoche"!  El Vasco Altamiranda entró al Bar de Espina.
Acodado en el mostrador, transpirando ginebra y malos modales, estaba el "Chana", el mismo que obnubilado y eructando alcohol acuchilló al camello del Gran Circo Scop-Rumano porque dijo que era "un caballo monstruoso".
Una botella vacía de Ferro Quina Bisleri dibujó en la tabla su redondel mojado y dos moscas abrevaban en el filo de un vaso pegajoso.
Cuando el Vasco saludó sacándose la boina, el Chana lo encaró empuñando cuchillo de doble filo.
Se sintió un gemido prolongado y el buenazo de Altamiranda se hizo largo en los ladrillos del piso.
—¡Mierda! —pensó el Vasco— morirme en este piso hecho con tierra mal habida por "ladrilleros en campo ajeno"...  qué indignidá ... y está húmedo  —(era su sangre)— ...y...tá...humm...doo...—quiso repetir en su cabeza para sentir que estaba vivo, pero su cabeza ya no pensaba.
¡Han matao al pobre hombre como a un chancho! —gritó Ventura Crebay que estaba afuera en la vereda.
Lo vide pálido caer al crestiano —dijo uno.
¡Muerte inútil carajo! Y fue un chuzazo jodido... ¡si sabré yo d'eso! —pensó sin hablar un gaucho de Navarro que estaba de paso y lo nombraban Moreira.
¡Lo hizo de borracho nomás! —opinó Don Taborda, el que vive al costado de la vía como yendo al Vivero Diharce.
Lo hizo por la Rosaura —dijo el viejo Duilio, que tenía en brazos al Juancito.
 
Pero como al mes, una día con el sol en hora que no da sombra... apareció el Vasco Altamiranda, el del Cuartel V de Moreno, ¡el mismo!  Bien montado y con la Rosaura enancada.
El "Rincón de los gauchos" se hizo un hueco; el paisanaje espantado retrocedió abriendo camino al espectro.
Pancho Molina, el que atajaba para Petroleros, dijo por lo bajo: — ¡Pero si el Chana lo pasó a mejor vida!
¡Es un fantasma tráido por los chimangos! —dijo el marido de "La Paraguaya" de la curva de Los Patos.
¡Dios libre y guarde! ¡Es cosa e' Mandinga! —balbuceó el marido de la Leonor Fabre de Km 38, acomodándose los anteojos.
¡Nada d'eso! —dijo Altamiranda corriendo una silla para la Rosaura.
¡De pronto tembló el piso como presagio..!  La locomotora a vapor del tren lechero pitó fuerte y vomitó blanco.
El Chana estaba arrecostado contra la pared tapando la propaganda de "Calentadores Bram-Metal".
Cuando el vagón de cola del tren lechero se empequeñeció en la vía, se hizo como un silencio de miedo...
Altamiranda encaró al Chana bien de frente: — ¡Hij'unagramputa!! ¡Borracho e' mierda! ¡Grandote al pedo!! ¿Por qué no me madrugás áhura? ¡Y te'estoy dando ventaja pa'que peliés! ¿Y sabés por qué volví? — clavó una mirada de hielo que laceró las pupilas etílicas del Chana— Volví porque en el cielo no hay palenque pa' mi zaino... ¡ni escupidera pa' vos!
Y desgranando las palabras de a poco y de a una; como una maldición le mandó: — ¡En la puerta e' tu rancho t'espera el Diablo!
 
Dicen que al Chana nunca más se lo vió por Parada 1º de Mayo.
Allá andaban Fronterita y Gallizzi de musiqueros y se escuchaba por ahí:
                      
                               Volvió el Vasco e' Moreno
                               y va camino pa' "La Juanita",
                               espera que haiga palenque
                               ¡o seguirá pa' Tortuguitas!
 
                               Asustao anda el Chana,
                               no quiere volver al rancho
                               porque l'ospera el Gran Diablo
                               ¡bien disfrazau e' carancho!
 
Por muchos años el caserío fue para el ferrocarril Gral. Belgrano nada más que un "apeadero", luego obtuvo el rango de "parada", pero el día que dejó de llamarse "1º de Mayo", empezó a ser la Estación Grand Bourg.
 
entonces volvió el Gran Circo Scop-Rumano a armar su carpa de sueños en el campito baldío detrás del Bar de Espina. Mientras todo se iba preparando para la primera función, algunos ponían una moneda para ver al "Enterrado vivo" y otros alardeaban soñando con ser elegidos para luchar contra el oso de los gitanos. 
                                   
                                                 "El circo en Glew",Soldi, 39x58cm

Los vecinos sorprendidos vieron llegar al elefante... ¡y al camello!
El uruguayo Arocena dijo riendo: —El amigo Altamiranda no quiso quedarse allá arriba porque no había palenque pa'l zaino...  y San Pedro al camello lo devolvió por...  ¡jorobado!

Y ese sábado que el Gran Circo anunciaba: "El facón de Pastor Luna"; en primera fila, cerca de la pista circular, una chinita con moño prolijo se reía de los payasos a más no poder.
El Vasco Altamiranda miró los ojos de la Rosaura Resler y le dijo despacito: —Mirá que me hacen reír estos payasos, pero cuando venga la obra esa "El facón de...de... no sé quién..!", no me gusta, ¿sabés? Porque es de cuchillos, ¿viste? Yo me paro y me voy al sulky un ratito. Y vos decíle a la nena que fui a comprar un cucurucho e' manises.
 
__________Copyright®miguelpizzio__Moreno, Buenos Aires, Argentina__para el amigo Oscar Altamiranda
 
 
 
 
 
 
 
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